lunes, 11 de mayo de 2009

De pie contra la crisis

Quiero hacer algunas reflexiones en torno a la situación de crisis económica que vivimos. A lo largo de los años de la pesadilla neoliberal, una gran red de personas y organizaciones rebeldes y creativas tuvieron la osadía de proclamar que "otro mundo era posible". Que más allá del pensamiento único del capitalismo financiero el de la exclusión social global y la destrucción de los recursos naturales debía ser posible construir otro mundo humano y habitable: con una nueva política democrática arraigada en la ética de la ciudadanía activa, de la justicia social y ecológica, respetando a todas las formas de vida. Hoy cuando aquel orden económico y su pensamiento hacen quiebra, el otro mundo posible se convierte del todo necesario. No nos dejemos cambiar la definición del problema. Los poderosos han puesto en marcha su relato de siempre: pretenden instalar que la crisis y el paro han sido provocados por los derechos laborales y los sistemas públicos de protección. Y que la recuperación vendrá de la mano de unas "reformas estructurales" que siempre acaban en desregulación y reducción del gasto social. Pues no, que sepan que somos mayoría los que no pensamos como ellos. Y somos más fuertes. Y tenemos un relato transgresor y responsable. El 1 º de mayo fue un día de afirmación y dignidad de las clases populares. Dignidad que hay que traducir en prácticas transformadoras. Porque la crisis se expresa de forma cotidiana y local. Y afecta, de manera injusta y dolorosa, a los sectores más vulnerables: familias humildes, personas recién llegadas, jóvenes. En forma de paro, precariedad vital, pobreza. Debemos hacer de la cotidianidad una fábrica de alternativas. Construir futuro pasa por redistribuir oportunidades vitales, por la ecología, por nuevas formas de protagonismo colectivo de las personas. Sí, todo esto requiere de políticas muy diferentes por parte del gobierno del estado: más impuestos a los ricos, límites estrictos a los ingresos de los directivos, empleo de calidad, el fin de las nucleares y una apuesta clara por las energías renovables. Y una financiación digna para Cataluña, que ya no puede esperar. Una financiación imprescindible para que superar la crisis quiera decir también reconstruir los sueños frágiles trazados en el capítulo de derechos del Estatuto: renta básica de ciudadanía, vivienda digna para todos, derecho a vivir en un medio sostenible.
En Badia del Vallès, como en todas las ciudades, las estadísticas de la crisis se convierten en rostros y miradas, trayectorias vitales, nombres y apellidos. Vivimos el día a día de las dificultades y las injusticias. Los riesgos de exclusión, las desigualdades, se explican por factores que van mucho más allá del ámbito local, tampoco desde el ayuntamiento tenemos las herramientas de respuesta más potentes. Sin embargo, estamos comprometidos a hacer frente a la crisis. Aún más: es mi prioridad el impulsado de la lucha contra la exclusión y fortalecer la acción contra las consecuencias sociales de la crisis en forma de desempleo y nuevas vulnerabilidades. Estamos elaborando o construyendo el acuerdo político en torno al Programa de Acción contra la crisis. Quiero que sea ambicioso y factible; donde los valores de transformación se proyecten en acciones concretas. Y, como siempre, me gustaría fuera codo a codo con las entidades, Asociación de Vecinos, Sindicatos y a la recién creada asociación de parados de Badia, me gustaría que sea un acuerdo de todos por una Badia del Vallès Inclusiva. Será una aportación esencial en la lucha contra la crisis, en un marco mucho más amplio de actuaciones del Ayuntamiento. Pero la izquierda verde que yo represento sabemos que debemos ir mucho más allá. Es por ello que ICV-EUiA estamos impulsando la aprobación una declaración del Ayuntamiento de Badia del Vallès para que en el año 2010 el gobierno del estado articule un Fondo Local anticrisis basado en el apoyo al gasto social corriente del municipio, como paso previo una solución estructural para las finanzas locales que incremente sustancialmente los recursos ordinarios del Ayuntamiento. No será fácil, pero estoy convencido de que lo conseguiremos, porque si otro mundo es necesario, este empieza a por ayudar a nuestros vecinos. En Badia del Vallès, estamos al lado de las personas vulnerables, con todas nuestras fuerzas. Para contribuir a hacer posibles sus proyectos vitales, y para contribuir también a superar las causas profundas de la crisis y las desigualdades.

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