En El Salvador ganaron las elecciones el FMLN y la sociedad salvadoreña, que es la gran triunfadora en el proceso electoral del 15 marzo de 2009. El pueblo dio su confianza al frente del FMLN que argumentó su pretensión de defender y servir a su pueblo con honradez y nobleza y llegar a los más humildes.
He visto como muchos salvadoreños efemelenistas, ondeaban sus banderitas rojas, saltando, bailando y voceando “Sí se pudo” una y otra vez.Esta gente está sublimemente feliz. Es la felicidad de la esperanza… de la posibilidad de pasar de la exclusión a la inclusión… de dejar de vivir al margen del acceso a la salud, a la educación, a un trabajo estable y a una vivienda digna.La esperanza, la que nunca hay que perder si se pretende gobernar con “opción preferencial por los pobres”, un noble e inequívoco compromiso expresamente adquirido por el presidente Mauricio Funes.En pocos días, la dulzura del triunfo histórico de la izquierda, perderá fuerza. Vendrán entonces los choques de intereses, dentro y fuera del circulo político del presidente. Vendrá el momento de entablar alianzas estratégicas, negociaciones… Así es y así debe ser, dándole oportunidad a las instituciones para que se fortalezcan. Éste será el momento cuando se pondrá a prueba la calidad e intensidad de de este primer gobierno de izquierda.Mantener la confianza, con pragmatismo y cruzando una realidad en crisis, no será fácil. Los salvadoreños a lo largo de los años y el FMLN, serán los que inspiren cada día y cada paso de este nuevo gobierno. Eso es lo que esperamos muchos. La solidaridad de todos los sectores será el complemento necesario, para acabar con las desigualdades que nos degradan como salvadoreños. El Salvador y su gente se merecen el cambio, simplemente porque creyeron en él y por haber vencido el miedo de ARENA y haberle dado la oportunidad a las promesas del frente.
Salud y buen gobierno
He visto como muchos salvadoreños efemelenistas, ondeaban sus banderitas rojas, saltando, bailando y voceando “Sí se pudo” una y otra vez.Esta gente está sublimemente feliz. Es la felicidad de la esperanza… de la posibilidad de pasar de la exclusión a la inclusión… de dejar de vivir al margen del acceso a la salud, a la educación, a un trabajo estable y a una vivienda digna.La esperanza, la que nunca hay que perder si se pretende gobernar con “opción preferencial por los pobres”, un noble e inequívoco compromiso expresamente adquirido por el presidente Mauricio Funes.En pocos días, la dulzura del triunfo histórico de la izquierda, perderá fuerza. Vendrán entonces los choques de intereses, dentro y fuera del circulo político del presidente. Vendrá el momento de entablar alianzas estratégicas, negociaciones… Así es y así debe ser, dándole oportunidad a las instituciones para que se fortalezcan. Éste será el momento cuando se pondrá a prueba la calidad e intensidad de de este primer gobierno de izquierda.Mantener la confianza, con pragmatismo y cruzando una realidad en crisis, no será fácil. Los salvadoreños a lo largo de los años y el FMLN, serán los que inspiren cada día y cada paso de este nuevo gobierno. Eso es lo que esperamos muchos. La solidaridad de todos los sectores será el complemento necesario, para acabar con las desigualdades que nos degradan como salvadoreños. El Salvador y su gente se merecen el cambio, simplemente porque creyeron en él y por haber vencido el miedo de ARENA y haberle dado la oportunidad a las promesas del frente.
Salud y buen gobierno
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